domingo, 29 de marzo de 2020



Bendición Urbi et Orbi

Compartimos como comunidad esta breve reseña de la Bendición Extraordinaria impartida por el Papa Francisco por el brote de Coronavirus.
Papa: “La oración es nuestra arma vencedora”
“Al igual que a los discípulos del Evangelio, nos sorprendió una tormenta inesperada y furiosa. Nos dimos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero, al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos”. Con estas palabras, el Papa Francisco ha iniciado su reflexión centrándose en el Evangelio según San Marcos, capitulo 5, versículo 35.
  •         Jesús calma la tempestad

Reflexionando sobre el Evangelio de San Marcos, el Papa habla de la “tempestad”: “La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, proyectos, rutinas y prioridades”. Para Francisco, la tempestad también nos muestra “cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad” y pone al descubierto “todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad”. Pero esta tempestad también nos quita el “maquillaje” de los estereotipos con los que disfrazábamos nuestros egos siempre pretenciosos de querer aparentar y deje al descubierto “esa (bendita) pertenencia común de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos”.

·        No hemos escuchado el grito de nuestro planeta enfermo


El Pontífice también ha elevado una súplica en estos momentos de prueba: “mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “Despierta, Señor””. El Papa asegura que hemos avanzado rápidamente, sintiéndonos fuertes y capaces de todo y codiciosos de ganancias – dice – “nos hemos dejado absorber por lo material y trastornar por la prisa”. Es en este momento en el que el Papa, dirigiéndose al Señor, asegura que “no nos hemos detenido ante sus llamadas”, tampoco “nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo” ni “hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo”. De hecho, dice, “hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo”.

·        Sigamos el ejemplo de las personas ejemplares, corrientemente olvidadas


El Papa también nos pide que dirijamos nuestra mirada a tantos compañeros de viaje que son ejemplares, pues, “ante el miedo – dice – han reaccionado dando la propia vida”. El Papa se refiere a la generosa entrega de personas comunes “corrientemente olvidadas” que no aparecen “en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show” pero, sin lugar a dudas, “están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia: médicos, enfermeros y enfermeras, encargados de reponer los productos en los supermercados, limpiadoras, cuidadoras, transportistas, fuerzas de seguridad, voluntarios, sacerdotes, religiosas y tantos pero tantos otros que comprendieron que nadie se salva solo”.

Ideas para compartir
·        Jesús calma la tempestad. ...
·        No hemos escuchado el grito de nuestro planeta enfermo. ...
·        En esta Cuaresma resuena la llamada urgente: “Convertíos” ...
·        Sigamos el ejemplo de las personas ejemplares, corrientemente olvidadas. ...  
·        La oración y el servicio silencioso son nuestras armas vencedoras.



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